2 Claves para Eliminar tu Miedo a Emprender

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Desde que nació mi hijo y hasta que cumplió dos años, yo me dediqué por completo al hogar. Para entonces me iniciaba en los 30 y era la primera vez que vívía en pareja, por lo que me dediqué a aprender lo que era ser mamá, esposa y ama de casa, en convivencia con mi suegra. Un año después nos mudamos a un apartamento mi esposo, mi hijo y yo, y llegó la pandemia.

Para ese momento yo tenía un trabajo a tiempo completo, pero desde casa me sentía ahogada en cosas por hacer, porque hacía demasiadas cosas al tiempo. Con el pasar del tiempo, caí en una depresión y en medio de mi crisis emocional, consideré que tal vez debía olvidarme de emprender porque ya no tendría algo bueno o interesante para ofrecer como emprendedora.


El miedo es una de muchas emociones que puedes sentir al iniciar un negocio o desarrollar una idea para emprender. De hecho, millones de personas asocian el miedo con emprender, porque en su mente esto es como lanzarse al vacío y a lo desconocido.

Pero, ¿a qué le tenemos miedo? Porque si el solo hecho de pensar en iniciar un negocio nos llena de sensaciones de felicidad, ¿cuál sería la razón para sentir miedo?

Según la experta en hipnoterapia, Marisa Peer, sentimos miedo porque el cerebro siempre está almacenando información, por tanto si en algún momento sentiste miedo, incertidumbre, falta de control sobre tu vida, esas emociones se almacenan en tu cuerpo y pueden surgir cuando estás frente a un evento desconocido como emprender.

Adicional, podrías sentir miedo de ser independiente y emprender, si por ejemplo, asocias estas cosas a no tener ingresos, a perder seguridad y estabilidad en tu vida.

Pero, ¿cómo el cerebro puede enviar al cuerpo las señales que disparan el miedo ante un evento desconocido?

De esto se encarga una glándula llamada la amígdala y su función principal es la de almacenar toda la información que registra tu cerebro. Entonces, tanto los recuerdos de dolor, sufrimiento, angusta o incertidumbre, como los recuerdos felices, de amor, alegría y gozo, todo es registrado por la amígdala con el pretexto de que en algún momento lo vas a necesitar.

Es por esto que ante determinadas circunstancias puedes sentir que no eres capaz de hacer algo, de dar un paso, de hablar o sencillamente, sientes que algo no está bien. Y aunque no lo entiendas, esas sensaciones están allí en tu cuerpo para advertirte o para protegerte, porque la finalidad de tu amigdala es esa, mantenerte alerta ante cualquier potencial peligro.

¿Por qué Tienes Miedo a Emprender?

Nadie mejor que tu para saber qué cosas te hacen sentir miedo e incluso, como se siente el miedo en tu cuerpo. Por ejemplo, se que tengo miedo cuando el corazón palpita acelerado, siento un pequeño dolor en el pecho, me tiemblan las manos y me suda la espalda.

Pero cuando decidí pasar de empleada a emprendedora, el miedo también se convirtió en:

  • Pensamientos limitantes.
  • Recuerdos desagradables.
  • Procastinación.
  • Síndrome del impostor (me sentía incompleta, poco preparada, muy jóven)
  • Pensaba en qué dirían de mí familiares, amigos.
  • Me asustaba fracasar aunque no sabía bien que era eso.

Y si, podrás decirme que el miedo es natural y que es bueno sentirlo porque es parte de estar viva. Pero, ¿sabes por qué sientes miedo de emprender?

Sientes miedo de emprender porque a tu cerebro no le gustan dos cosas: no tener el control y no tener información. Por tanto, ante un evento desconocido y ante la idea de no saber qué va a ocurrir, se disparan las señales de alarma y tu cuerpo siente miedo.

Pero no solo entra en juego el temor ante algo desconocido. El miedo incluye otros factores de índole personal, porque emprender te pone en la primera línea de frente al mundo. Y cuando te sientes expuesta puede surgir el síndrome del impostor.

¿Qué es este síndrome del impostor? Es esa sensación de sentirnos insuficientes, incapaces de lograr grandes cosas, de no estar preparadas, de tener poco que ofrecer a los demás e incluso de no estar listas para ser quienes queremos ser.

Y me atrevo a decir que este síndrome nos afecta más a las mujeres profesionales, madres, esposas y amas de casa. ¿Por qué? La razón es que cuando pasamos tanto tiempo dedicadas a cuidar de los hijos y del hogar, nos hacemos a la idea de que mejor seguimos enfocadas en la rutina porque podríamos estar desactualizadas y desconectadas a nivel profesional.

Pero en el fondo la realidad es otra. Tenemos miedo de dar un salto de fe hacia algo que nos llevará a mostrarnos al mundo tal como somos, con nuestros conocimientos, habilidades, experiencias y formas de entender el mundo, y a veces la idea de mostrarnos como realmente somos puede resultar aterrador.

Y cuando nos damos cuenta que emprender será exponernos, mostrarnos, dar la cara, la mente puede llegar a convertirse en el peor obstáculo. ¿Y cómo lo hace? Trayendo al presente recuerdos dolorosos, dudas, conflictos emocionales, pensamientos limitantes y paralizantes e inseguridades que están allí para impedir que hagas algo que podría poner en riesgo tu vida.

Aunque ambas sabemos que emprender no es un riesgo real a tu integridad y tu vida, tu cerebro y tu amígdala lo interpretan de esa manera.

Entonces, ¿quiéres liberarte del miedo a emprender?

Tengo una propuesta que puede interesarte.

Sé una Emprendedora Mínima Viable

El MVP o producto mínimo viable, es una metodología que se centra en lanzar al mercado la versión más básica y funcional de un producto o servicio para luego iterar y mejorarlo en base al feedback y la validación del cliente. En otras palabras, se trata de iniciar con lo mínimo indispensable para validar una idea de negocio.

El MVP es un concepto desarrollado por Eric Ries en su libro «The Lean Startup» del 2011 y ha ganado gran popularidad entre emprendedores y empresarios de todo el mundo.

Para entender este concepto mejor, cito al emprensario y escritor Felipe Santamaría, quien creó «El emprendedor mínimo viable» y lo describe de la siguiente manera:

«Un emprendedor mínimo viable es proyecto de empresario, un experimento, un empresario en evolución y nosotros, si nos entendiéramos como un producto, somos el resultado de miles de experimentos, experiencias, conocimientos y relaciones que vamos adquiriendo en el camino».

Ahora que conoces los productos mínimos quiero preguntarte: ¿cómo sería tu vida si pudieras verte como una emprendedora mínima viable? Es decir, ¿y si pensaras de ti como una emprendedora que está en su versión básica y funcional para iniciarte en el ejercicio de emprender?

Si pudieras compararte con un proyecto, un experimento y una versión mínima, dejarías de lado la idea de ser un producto completo y terminado. Y se que esto te ayudaría a dejar exigencias e incluso el síndrome del impostor porque, si eres un experimento, tienes lugar a ser tu misma y a evolucionar.

Tener esta perspectiva de ti no solo es una ayuda para dejar de presionarte por ser perfecta en tantos aspectos como la relación de pareja, la maternidad, la crianza, el trabajo, las tareas de la casa, el tiempo personal y tantas cosas.

Vivir desde la perspectiva de que eres un proyecto en evolución, te permitirá ser empáticas con tu proceso, con tus emociones e incluso, con tu uso del tiempo.

Y si comienzas a pensar de ti como un proyecto de empresarias, encontrarás maneras para dejar de pensar que debes ser perfecta para entrar al mundo del emprendimiento. Porque no tiene que ser así. Emprender es aprender y para esto debes estar dispuesta a ser moldeable, a cambiar de rumbo e incluso a transformar tu identidad.

Libérate del Miedo a Ser Diferente

A menudo me encuentro con emprendedoras o con mujeres que están en el camino de iniciar sus emprendimientos, y en algún momento hablamos del miedo. Porque si algo quiero dejar claro es que emprender es salirse del camino establecido.

Tanto a mujeres como a hombres se nos enseñó que debíamos estudiar para convertirnos en alguien, para tener un trabajo, para conseguir dinero, comprar cosas, pagar deudas y vivir bien.

Por tanto, si de un día para otro dices que quieres emprender, estarías saliéndote del camino tradicional impuesto por la sociedad, por la educación, por los estándares familiares y las expectativas de las personas que te rodean.

Y por también la idea de emprender da un miedo espantoso porque creemos que debemos ser la persona que fuimos educadas para ser.

Entonces nos hacemos a la idea de que debemos cumplir con el estándar de la pareja, de los hijos, y que como mujeres debemos ser buenas hijas, madres, esposas, trabajadoras y miembros de una sociedad.

Porque nos enseñaron que a las mujeres debe importarnos lo que el mundo piense de nosotras y para eso que mejor que escuchar las opiniones de quienes nos rodean.

Es por esto que nos cuesta ser criticadas, rechazadas, señaladas e incluso, discriminadas por tener sueños o expectativas distintas al resto de la familia, los amigos e incluso las personas con quienes trabajamos.

Pero la vida no puede ni tiene que ser solo eso. Y tu también podrás comprobarlo.

La vida va más allá de los límites que nos pintaron durante tantos años de educación, de profesionalización, de especializaciones y demás títulos.

La vida es más que seguir el camino que fue diseñado por otros.

La vida es todo lo que quieras y deseas aquí y ahora.

Por tanto, para liberarte de tus miedos a emprender y a cualquier cosa, necesitas comenzar por ser consciente de qué son esas cosas que disparan el miedo en ti.

Claves para Liberarte del Miedo a Emprender (y a Cualquier Cosa en tu Vida)

Si tuviera que contarte de mis miedo a emprender, diría que el más grande y que más me ha paralizado es el temor a que mis familiares me critiquen, ridiculicen y hagan burlas por lo que estoy haciendo. Y se que este miedo lo aprendí desde mi infancia cuando fui ridiculizada en diferentes oportunidades por familiares mayores a mi. Es por esto que crecí teniendo miedo a resaltar y ser notada por las personas.


1. Identifica tus miedos.

Es importante que puedas identificar los miedos, pensamientos limitantes, las creecias y los sentimientos que te paralizan y te convencen de ir en contra de tus sueños.

Y para identificarlos, lo mejor que puedes hacer es darte tiempo para escribirlos. Busca un cuaderno o una agenda, y anota tus estados emocionales, los pensamientos limitantes y las sensaciones que surjan en tu cuerpo cada vez que pienses en emprendender o estés trabajando en tu idea de negocios.

Este ejercicios te llevará a ser más consciente de cómo las emociones, recuerdos y sentimientos del pasado llegan a tu vida para recordarte lo que fue e incluso advertirte de lo que podría ser.

Una vez que identificas esas emociones, te invito a que te preguntes: ¿realmente debo tener miedo de esto? o ¿es un impulso relacionado a la falta de información?

Cuando te des cuenta de los impulsos emocionales que se disparan ante eventos desconcidos, ya podrás darle solución. ¿Cuál? Identificar si el temor surge por un evento desconocido, por una idea que tu creaste o por un hecho real y verificable.

  • Si el temor es por una idea creada por ti, te invito a que te cuestiones y preguntes: ¿es esto real? ¿tengo certeza de que esto tendrá ese resultado? ¿por qué pienso que esto no va a funcionar o no saldrá bien?
  • Si el temor viene por un recuerdo de una situación real, pregúntate: ¿tiene que ver ese recuerdo con mi realidad? ¿quiero vivir en el pasado? ¿ese hecho define la persona que soy ahora?
  • Si el temor está fundamentado en un hecho verificable, pregúntate: ¿ese hecho tiene que ver conmigo? ¿quiero ser un número más dentro de una estadística?

2. Visualiza

Una vez que identifiques tus miedos es importante que te des cuenta de lo siguiente. Durante muchos años has estado creando una identidad, una personalidad e incluso una mentalidad que te ha llevado a ser la persona que eres y a vivir las experiencias que tienes.

Si hoy tienes 25, 30, 40 años o más, ese es el tiempo que has dedicado a crear dudas, a tener miedo de lo desconocido, a decirte que las cosas tal vez podrían no salir bien. Y para superar eso debes darle nueva información a tu cerebro.

Entiende lo siguiente. Tu mente está repitiendo todos los días una programación mental inconsciente, por tanto, si ahora deseas romper ese patrón de pensamientos, sentimientos y emociones, debes ir más allá de tu cuerpo y de tu mente.

Y ¿cómo sales de esos patrones de pensar, sentir, actuar?

Pregúntate, ¿cómo actuaría una persona que no tiene miedo? ¿cómo sentiría esto una persona valiente? ¿cómo viviría este evento una persona que siente confianza en la vida?

Cuando contestes estas preguntas, regálate un momento todos los días para visualizar ese evento que quieres vivir. Y siente las emociones que podrías experimentar al ver a tu emprendimiento (o a cualquier situación en tu vida) desde la felicidad, el amor, la paz, la alegría, el gozo, la confianza, el control, la seguridad y mucho más.

Mis conclusiones:

Es natural sentir miedo cuando se piensa en emprender, sobre todo si nunca has hecho algo que se le parezca. Pero como todo en la vida, puedes aprender sobre la marcha para empezar a minimizar el efecto del miedo en tu vida.

Sin embargo, es importante identificar los temores, las dudas, las emociones y sensaciones que el miedo puede hacerte sentir, porque de eso dependerá que puedas analizarlos y clasificarlos.

Al final, recuerda que tus temores son información almacenada que posiblemente has estado repitiendo por muchos años. Y así como esa información entró a tu mente, también puedes eliminarla.

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