Supera Estas 3 Barreras Mentales y conviértete en Emprendedora

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Si te estás enfrentando a barreras mentales que te impiden ir tras tus sueños de emprender, quiero que sepas que no estás sola. 

Allá afuera hay millones de mujeres y hombres con grandes ideas de negocios que sienten que no pueden hacer nada.

¿Por qué? Por la dificultad que les plantean sus barreras mentales. 

Verás mi querida empresaria en potencia. Los seres humanos somos capaces de cosas maravillosas.

Algunos van por la vida creando los productos indispensables del futuro, mientras otros viven acariciando con temor sus ideas de negocios. 

Y aunque quisiera decirte que siempre fui parte de los innovadores, los líderes y empresarios del futuro… 

La verdad es que, en donde tengo más experiencia es siendo la persona que sueña con emprender pero no hace lo sufiiciente por lograrlo. 

Si. Durante casi una década quise emprender. 

Tenía el conocimiento, la pasión, el tiempo, el entusiasmo. Pero por alguna razón, dejé que mis temores, mis conflictos emocionales, mis dudas y mis barreras mentales fueran más grandes que todo lo que sabía. 

Y no supe en que momento se fueron 10 años. 

Una década en la que pude haber sido, en los que pude haber derrotado creencias limitantes, en los que pude haberme convertido en ese alguien. 

Pero no fui yo. Y solo ahora, diez años después, llegué al punto en que me cansé de esperar y dí el salto de fe más grande de toda mi vida. 

Ya no me importan los miedos, las dudas y los tal vez.Hoy se que todo lo que quiero es emprender. 

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¿Qué significa dar el salto de empleada a emprendedora?

Justo ahora podría sacar una definición de algún portal en Internet o de algún diccionario. Pero no lo haré. Porque prefiero que te preguntes: 

¿Qué significa para ti pasar de ser empleada a una emprendedora? 

Por mucho tiempo yo soñé con ese salto. Algunas veces pensé que ser emprendedora tenía que ver con tener clientes 1 a 1. Luego pensé que sería ganar mucho más dinero haciendo cosas que me gustaban. 

Al final, luego de ser madre y esposa, quería que el emprendimiento me permitiera ser dueña de mi tiempo y de mis actividades. 

La realidad es que convertirse en emprendedora implica un cambio fundamental en la mentalidad y el estilo de vida.

Significa dejar atrás la seguridad de un trabajo estable y adentrarse en el mundo de riesgo e incertidumbre.

Algo que para muchas mujeres profesionales es un cambio abrumador y lleno de dudas.

Entonces, si seguir ese sueño de emprender da tanto miedo… 

¿Por qué seguir intentándolo? ¿Por qué ir en contra de las dudas, del vacío en el estómago?

Las razones pueden ser muchas. 

En mi caso, lo que más me motiva hasta el día de hoy es que no quiero llegar al final de mi vida y sentir remordimiento de no haber hecho lo suficiente. 

Si. No quiero ser esa persona que se reproche por no haber hecho eso que siempre quiso ser.

Lo sé. Aún soy joven… y ya estoy pensando en esas cosas. 

Más tuve que hacerlo. Siento que ser así de honesta conmigo fue lo único que me ayudó a silenciar mis barreras mentales y avanzar.. 

Y en tu caso, ¿qué barreras mentales te han impedido dar el salto de empleada a emprendedora?

Déjame mostrarte algunas.

Las 3 barreras mentales más comunes:

1. Miedo al fracaso:

El miedo es una de las barreras mentales más comunes en los seres humanos. 

Y puede afectarte en cualquier momento de la vida. E incluso, llegar a convertirse en algo difícil de superar. 

Experimentar miedo, vivir situaciones traumáticas, superar dificultades son aprendizajes de vida.   

Porque tu cerebro aprende de esto. La amígdala en tu cabeza se encarga de almacenar información de todo lo que ocurre en tu vida para protegerte y mantenerte alerta ante potenciales peligros. 

Entonces imagina el siguiente escenario: 

Si toda tu vida has seguido un camino tradicional, donde estudias, consigues un trabajo y comienzas una familia. Eso se converte en tu zona sagrada de seguridad, estabilidad y paz.

Pero, si luego decides que quieres dejarlo todo para emprender…

¿Cómo crees que reaccionará tu cerebro? ¿qué crees que sentirá tu cuerpo cuando comiences a pensar y a sentir sobre ese tema?

Sin lugar a dudas tu cuerpo activará todas las alarmas porque, la amígdala en tu cerebro no tiene eventos registrados que se relacionen con emprender.  

De allí que un día te sientas emocionada por la idea, entusiasmada con la novedad de lo desconocido.

Y al siguiente día sientas el vacío en tu estómago, el corazón acelerado, el pánico que no te permite moverte y llegues al convencimiento de que tienes una corazonada y no deberías hacerlo. 

Luego está todo el peso de sentir el juicio de la pareja, los amigos, la familia, los hijos e incluso los vecinos. 

Entonces piensas, ¿qué dirán de mí? ¿cómo me verán? 

Así permites que tus ideas sobre lo que podrían pensar o decir otros, se conviertan en temores reales en tu cabeza.

De allí que todo se acumule y prefieras no volver a pensar que quieres dejar tu zona de comodidad. 

2. Falta de confianza en ti misma:

Otra barrera mental muy comun en hombres y mujeres es la falta de confianza en nuestras habilidades, conocimientos y capacidades para asumir algo nuevo como emprender.

Porque seamos sinceras. Emprender es todo sobre la gestión propia. 

Emprender se convierte en saber ser disciplinada, organizada, enfocada, en estar preparada para lidear con la presión, con las fechas límites y autogestionar mil cosas al tiempo. 

Y eso mi querida empresaria en potencia, no es algo que se le facilite a todo el mundo. 

Pero, ¿por qué no todos pueden hacerlo? Porque desde mi perspectiva, eso es un tema de mentalidad.

Es decir, si tu creces en un ambiente donde te enseñan el valor de ser disciplinada, enfocada, de autoregularte, seguro tienes más posibilidades de lograrlo. 

Sin embargo, la educación tradicional por la que la mayoría de nosotros pasamos está enfocada en otras cosas. 

Verás. Desde mi perspectiva, la educación tradicional está hecha para convertirnos a todos en empleados. 

Por tanto, cuando recibimos un título universitario lo primero que se nos ocurre es ir a buscar trabajo. Porque ¡para eso fuimos programados! 

Y llegamos felices a contarles a todos que conseguimos el empleo con el que pondremos en práctica lo que aprendimos sobre: seguir órdenes, cumplir con expectativas de terceros, llegar a tiempo, obedecer normas, seguir horarios, alcanzar metas y objetivos, entre otros. 

Entonces, si toda tu vida ha girado en torno a aprender cómo seguir, escuchar y obedecer, ¿qué te hace pensar que serás buena liderando tu vida?

Si, se que es una pregunta difícil. 

Incluso puedes pregutarte lo mismo con respecto a la idea de pasar años y años de vida almacenando conocimiento.

Durante los años de formación educativa te dijeron que debías aprender cosas para ser alguien. Pero, ¿y si al final de tantos estudios decides que no te gusta ser esa persona? O ¿si luego de estudiar tanto decides que quieres hacer algo diferente como emprender?

En estos escenarios es fácil pensar que no tienes cómo lanzarte al reto de ser tu propia guía, porque no sabes si tienes lo necesario tanto en habilidades de liderazgo como en conocimiento. 

Y esto mi querida, no es tu culpa. 

Esa es la consecuencia de una educación que se ha negado a evolucionar, y considero que con el pasar de los años las sociedades empezaremos a exigir cambios de verdad. 

3. Resistencia al cambio:

Por muchos años mi madre vivió como una mujer soltera. Y si, estaba casada, no se había separado pero su vida pasaba lejos del hombre que amaba y del padre de sus hijas.

¿Por qué?

Para esos años mi padre no conseguía un trabajo en la ciudad donde vivíamos y por esa razón, decidió mudarse de vuelta a casa de sus papás y trabajar en la fábrica familiar. 

Entonces, por casi 10 años mamá estuvo sola organizando, liderando, manejando y sacando a la familia adelante. Y por esa razón, cuando papá consiguió un empleo en la ciudad donde vivíamos y se mudó con nosotras… mamá siguió siendo la líder y cabeza de familia.

Porque ya ella estaba acostumbrada a manejar las cosas a su manera, y papá no supo como reorganizar la dinámica familia. Así que las cosas se mantuvieron así. 

Este es solo un ejemplo sencillo de cómo se ve la resistencia al cambio.

Y es fácil no darse cuenta que nos resistimos a los cambios. 

Verás mi querida empresaria en potencia, como seres humanos buscamos vivir en rutinas porque esto nos permite entrar en una zona de comodidad y seguridad. 

Todo lo que buscamos es sentirnos seguros. 

Entonces, ¿signidica esto que cambiar es entrar a una zona de inseguridad? ¡BINGO! 

Acá entra de nuevo al juego la amígdala en tu cerebro. Ella es la principal responsable de que no quieras cambiar las cosas porque, su interés es mantenerte segura en todo momento. 

Como dije antes. Tu amigdala guarda información para mantenerte segura, de manera que si empieza a registrar información nueva, desconocida y que no puede etiquetar, de seguro entrará en pánico.

Por eso estamos programados a aferrarnos a lo conocido. Por eso existen frases como: «más vale malo conocido que bueno por conocer».

Entonces si eres una empleada con un sueldo estable, sientes seguridad financiera en tu situación profesional y de la nada te dices que quieres empezar de cero como emprendedora… 

Tu mente, tu cuerpo y hasta tus emociones empezarán un forcejeo por ver quien tiene la razón. Y si nadie se pone de acuerdo, comienzas a pensar que lo mejor es no cambiar lo que por tanto tiempo se ha sentido tan bien. 

Eso es lo que te lleva a retroceder cada vez que piensas que puedes estar lista para dar el salto y emprender. 

Una experiencia personal

Te entiendo. No es fácil identificar nuestras barreras mentales mientras las estamos viviendo. 

No es fácil pensar sobre cómo nos sentimos, analizar nuestros pensamientos y entender lo que decimos, justo cuando estamos experiemtando tantas emociones. 

Porque lanzarnos a la aventura de emprender es un salto al vacío. 

Sin embargo, desde mi perspectiva te digo que nunca me he sentido tan feliz como lo estoy ahora.

Para mi ese ha sido el factor determinante para tomar una decisión. Saber qué era lo que me haría más feliz. 

Entonces supe que podría trabajar toda la vida, podría obtener los mejores salarios, podría conseguir trabajar siempre en casa para estar con mi hijo o lo que fuera… 

Pero entendí que hacer esas cosas sería ir en contra de mi naturaleza que quiere un cambio en el mundo, y lo quiere AHORA. 

Y lo sé. Esto no debería entenderlo todo el mundo. Por eso se hace más difícil.

A mi esposo le costó muchísimo entender mi decisión de retirarme del trabajo para dedicar tiempo a mis sueños y a mi familia.

Mis padres y mi suegros entendieron que era lo mejor para nuestro hijo mientras estaba pequeño, pero igual siguieron insistiendo para que consiguiera un trabajo que fuera al menos de medio tiempo.

Tu y yo lo sabemos.

La sociedad está enfocada en que todos estemos trabajando. En lo que sea, pero ganando dinero.

Pero pocos te hacen la pregunta de: ¿eso a ti te hace feliz?

En lo personal considero que la humanidad ha perdido ese enfoque de hacer lo que nos hace sentir plenos, en paz, en armonía y felicidad total. 

Hemos hecho del trabajo el centro de la vida, olvidando que si la salud mental y emocional de los que trabajamos es tan fundamental como el rendimiento físico. 

Por tanto mi pregunta para ti es: ¿sabes que te hace feliz? ¿escuchas tus pensamientos, sentimientos y emociones? ¿te has permitido hablar de lo que sientes natural para la persona que eres ahora?

Mientras piensas en las respuestas, veamos algunas estrategias para superar las barreras mentales.

5 estrategias para superar las barreras mentales

1. Cultiva una mentalidad de éxito:

Una mentalidad de éxito es fundamental para superar las barreras mentales y alcanzar el éxito como emprendedora. 

Esto implica cultivar una actitud positiva, enfocarse en el crecimiento personal y aprender a ver los fracasos como oportunidades de aprendizaje.

Y para eso es importante que alimentes tu cerebro con eso que quieres pensar, sentir y escucharte decir.

Quiero que imaginas dos escenarios: 

  • El primero es el de una mujer que creció en un ambiente negativo, donde siempre se hablaba de miedos, dificultades, de creencias limitantes, desconfianza en el futuro y de seguir lo conocido. 
  • El segundo escenario es el de una mujer donde se valoró tomar riesgos, ver al vida con ojos de oportunidad, aprender de las dificultades, alimentar la mente con buenos libros y buenos temas, además de estar abiertos a experimentar lo desconocido. 

¿Quién crees que puede tener más facilidad para desarrollar una mentalidad de éxito?

Sin duda es la mujer en el escenario dos porque su mente ya ha sido pre programada para adaptarse, crecer y buscar más de la vida. 

El siguiente paso es que evalúes a tu mentalidad. ¿Sientes que tienes una mentalidad exitosa? Haz una lista de las caracteríscas que crees tener y revísate. 

O ¿consideras que necesitas empezar a trabajar en ello? Igualmente, haz una lista para identificar esos patrones de pensamiento, comportamiento e incluso de sentimientos con los que sientes que te limitas o retrocedes cada vez que quieres algo nuevo en tu vida.

Solo de esa forma podrás tomar una desición y avanzar hacia la mentalidad que más te convenga en tu camino hacia el éxito. 

2. Establece metas claras y realistas:

Te entiendo. A veces pensar en metas se siente como un dolor de cabeza y más si nunca en tu vida has sabido como hacer esto. 

Pero hoy no quiero que te preocupes por esto. Porque la idea no es que te rompas la cabeza intentando entender con qué se come todo esto. 

Quiero que pienses en tus metas como esos deseos que quisieras cumplir. Son esos sueños que te impulsan a conseguir mejores cosas en tu vida

Y establecer esas metas pueden impulsarte tremendamente hacia la transformación que tanto quieres y necesitas. 

Por tanto, ¿qué deseas experimentar de hoy a 1 año, a 5 años y finalmente a 10 años?

En este momento no tienes que pensar en cifras, en porcentajes, en cálculos complicados ni en nada que se le parezca.

Lo fundamental es que sepas qué es eso que si o si quisieras ver suceder en tu vida. 

Por mi parte confieso que muchas veces me he equivocado en eso. Porque en mi afán de hacerme a la idea de que mi siguiente escalón sería el más alto, me olvidé que la vida se vive un paso a la vez.

Y ¿qué crees que pasa cuando pretendes saltar del primer escalín al 20? 

Ves la meta tan lejana y difícil que te desmotivas, comienzas a pensar que no es para ti o que es demasiado difícil y te rindes. 

Así que te invito a ser lo más clara posible, lo más realista y lo más concreta con tu meta para este año. 

¿Qué deseas lograr? 

Fíjate una meta que se sienta realizable, que sientas posible dentro de un plazo de tiempo concreto y verás que, si pones tu mente en eso, no volverás a sentir que ponerte metas es difícil ni aburrido. 

3. Trabaja en tu autoconfianza

¡Y sal de tu cabeza!

Si. Tienes que salir más de tu cabeza y empezar a vivir afuerta. 

¿Cuántas veces al día estás dándole vueltas a las cosas en tu cabeza? 

Ahora dime: ¿cuántas veces esas prediciones tuyas se hicieron realidad?

Déjame ser muy sincera contigo. Tu cabeza te juega muy feo. Si, esa amígdala es como una mamá sobreprotectora que quiere lo mejor para ti, pero te limita tremendamente.

Y si, ella cumple muy bien con su trabajo… pero podría disuadirte de no hacer nada y de ser por ella, no moveríamos un dedo. 

Verás, mi querida empresaria en potencia. A la vida hay que vivirla, hay que experimentarla, hay que saborearla… con todo lo que trae.

Porque intentar prepararse para cualquier escenario no es suficiente como tener la experiencia.

Solo eso te permitirá decir si eso que deseabas era bueno para ti o no. O si sabías lo que hacías, si tenías que prepararte más o lo que sea.

Muchas veces nos escondemos tras las dudas y el temor de no ser suficientes. de no contar con los recursos, los conocimientos y no sentirnos capaces de asumir retos por falta de una gran confianza en nosotras.

Lo que puede retrasarnos muchos años en cumplir metas, en romper con creencias absurdas, en demostrarnos que fuimos hechas para eso que siempre quisimos y que, todo lo malo que creíamos que pasaría estaba solo en nuestra mente. 

Atrévete a vivir más tu vida, a experimentar todo lo que pueda pasar, a confiar en ti tanto como los demás lo hacen. A sentir que tu tienes todo lo que necesitas y más para lograrlo.

Si no fuera así, ¿cómo lo hacen tantas otras personas que llegan al éxito en sus emprendimientos con, tal vez, menos preparación, menos recursos o menso tiempo?

4. No seas tan dura contigo y comienza a fortalecer la confianza en ti misma. 

Busca formas de probarte día a día lo valiosa que eres, lo poderosa, lo inteligente, lo hábil, lo preparada que estás. Y sí, sal a la calle a demostrarlo. Hazlo en Internet, en las redes sociales, con tus amigos y conocidos.

Permite que el mundo conozca esta otra versión de ti. 

Ya verás como te sorprenderás de conocer a la otra mujer que siempre ha vivido dentro de ti.

5. Busca apoyo y mentoría:

El error más grande que he cometido durante mis años de querer emprender fue precisamente este. NUNCA busqué apoyo o mentoría.

Y como yo no salía de mis pensamientos, temores, dudas y conflictos emocionales, en ese periodo de tiempo no tuve otra perspectiva que me sacara de la parálisis por análisis. 

Hoy se que por esto me demoré mucho en transformar mi mentalidad y dar los pasos que necesitaba para finalmente emprender.

Y esto que te cuento es más común de lo que crees.

Muchas mujeres estamos tan acostumbradas a resolver todo solas y no buscar ayuda, que rápidamente desechamos la idea de tener alguien que nos guíe o que nos haga más sencillo el camino a recorrer. 

Otras podrían sentirse incómodas exponiéndose a las críticas e incluso excusarse tras la idea de que no tienen los recursos para invertir en este tipo de ayudas. 

Entonces pregunto, si te estás diciendo todo el día que quieres emprender, ¿no sería lo más conveniente pagar por mentoría y apoyo justo en la parte inicial de más incertidumbre?

Yo comprendí mi error justo cuando comencé a pagar por mentores y programas de emprendimiento.

Allí supe que todo el tiempo que había dejado de invertir en mi y en mi proyecto, había estado retrocediendo. 

Además. Emprender puede ser un camino muy solitario, sobre todo cuando vienes de un entorno tradicional donde nadie entiende esto de emprender.

Por tanto, buscar apoyo y mentoría no solo puede ayudarte a entender tu camino. 

Contar con estos contactos podría abrirte las puertas a grupos, conocidos y nuevas amistades que te aporten en cada etapa de tu recorrido emprendedor. 

Mis conclusiones…

Superar las barreras mentales es un paso crucial en el viaje pasar de empleada a emprendedora. 

Y es un viaje necesario que te permitirá cultivar una mentalidad de éxito, establecer metas claras, trabajar en la autoconfianza y buscar apoyo.

En mis años de investigar sobre temas de emprendimiento he aprendido algo muy valioso y es que, no existe un emprendedor que haya logrado el éxito solo. Así como tampoco nadie ha logrado llegar lejos sin romper barreras mentales. 

Por esto se que puedes lograr eliminar cualquire cosa que te esté deteniendo. 

Porque como dice Margarita Pasos: «Si yo pude, tu también puedes».

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